Somos fabricantes profesionales de transformadores de corriente personalizados, sensores de corriente y cargadores portátiles para vehículos eléctricos.
La guerra de las corrientes: corriente alterna frente a corriente continua
A partir de finales de la década de 1880, Thomas Edison y Nikola Tesla se enfrascaron en una batalla conocida como la Guerra de las Corrientes. Edison desarrolló la corriente continua (CC), que fluye continuamente en una sola dirección, como en una batería o una pila de combustible. Durante los primeros años de la electricidad, la corriente continua (CC) era el estándar en Estados Unidos. Pero había un problema. La corriente continua no se convierte fácilmente en voltajes más altos o más bajos. Tesla creía que la corriente alterna (CA) era la solución a este problema. La corriente alterna invierte su dirección un cierto número de veces por segundo (60 en EE. UU.) y se puede convertir a diferentes voltajes con relativa facilidad mediante un transformador. Edison, para no perder las regalías que obtenía de sus patentes de corriente continua, inició una campaña para desacreditar la corriente alterna. Difundió información errónea afirmando que la corriente alterna era más peligrosa, llegando incluso a electrocutar públicamente animales callejeros con ella para demostrar su punto. La Exposición Universal de Chicago —también conocida como la Exposición Mundial Colombina— tuvo lugar en 1893, en pleno apogeo de la Guerra de las Corrientes. General Electric presentó una oferta para electrificar la feria utilizando la corriente continua de Edison por 554.000 dólares, pero perdió ante George Westinghouse, quien afirmó que podía suministrar energía a la feria por solo 399.000 dólares utilizando la corriente alterna de Tesla. Ese mismo año, la Niagara Falls Power Company decidió adjudicar a Westinghouse —que había obtenido la licencia de la patente del motor de inducción de corriente alterna polifásico de Tesla— el contrato para generar energía a partir de las cataratas del Niágara. Si bien algunos dudaban de que las cataratas pudieran abastecer de energía a toda la ciudad de Buffalo, Nueva York, Tesla estaba convencido de que no solo podrían abastecer a Buffalo, sino también a todo el este de Estados Unidos. El 16 de noviembre de 1896, Buffalo se iluminó con la corriente alterna proveniente de las Cataratas del Niágara. Para entonces, General Electric también había decidido subirse al tren de la corriente alterna. Al parecer, la corriente alterna había aniquilado casi por completo a la corriente continua, pero en los últimos años esta última ha experimentado un cierto renacimiento. Actualmente, la mayor parte de nuestra electricidad se genera con corriente alterna (CA), pero las computadoras, los LED, las células solares y los vehículos eléctricos funcionan con corriente continua (CC). Ya existen métodos para convertir la corriente continua a voltajes más altos y más bajos. Debido a la mayor estabilidad de la corriente continua, las empresas están buscando formas de utilizar la corriente continua de alto voltaje (CCAV) para transportar electricidad a largas distancias con menores pérdidas. Así pues, parece que la guerra de las corrientes aún no ha terminado. Pero en lugar de continuar en una encarnizada batalla entre corriente alterna y corriente continua, todo apunta a que ambas corrientes acabarán funcionando en paralelo en una especie de tregua híbrida. Y nada de eso hubiera sido posible sin el genio de Tesla y Edison. Nota: Esta publicación apareció originalmente como parte de nuestra serie Edison vs. Tesla en noviembre de 2013.
